Ha sido un viernes con
poca acción en el GP de Rusia, producto de una fuga de gasoil en la primera
tanda y de la aparición de la lluvia en la segunda.
Prácticamente
no se ha podido rodar, no ha servido de nada. La actividad en la primera sesión
ha comenzado media hora más tarde de los previsto, producto de que increíblemente
se ha derramado gasoil sobre el asfalto lo que ha impedido que la actividad se
desarrollara con naturalidad. Los restos de gasóleo, el agua vertida y el polvo
de cemento han complicado el paso por el segundo sector, hasta los diez minutos
finales, que recién han podido rodar con seguridad. Esto significa que los
pilotos no han tenido oportunidad de dar una vuelta al máximo.
Tampoco en
la segunda sesión, ya que la lluvia apareció antes de que se abriera la pista, de
manera que aquellos que se animaron a salir, solo lo hicieron para chequear que
todo estuviera bien y realizar comprobaciones sobre mojado,
Hasta cinco pilotos
decidieron no abandonar su garaje para desafiar a los elementos. Y, de los que
lo hicieron, solo ocho acabaron la sesión con un tiempo
cronometrado: los McLaren, los Toro Rosso, los Williams y Kvyat, con un Massa más despejado como
el piloto más rápido en la tabla y con el propulsor Honda de Fernando, que
volvió a poner uno antiguo en lugar del evolucionado que estrenó en los Libres
1, como el más rápido en velocidad punta. Algo insólito.
Los últimos diez minutos
fueron los más intensos de todo el viernes, a modo de consuelo para los
aficionados que permanecieron en las tribunas a pesar del chaparrón, pero es
importante destacar que
el irregular y pobre drenaje del asfalto del Autódromo del Sochi impidió que se
rodara con mayor seguridad. Pues la mayor complejidad que dejó
la lluvia fue que dividió al trazado en dos segmentos, una parte que solo
estaba mojada y la otra mitad, completamente encharcada
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