Cuando el Consejo Mundial
del Motor publicó el nuevo calendario provisional para la temporada 2016 de Fórmula 1, nos percatábamos que el GP de
Europa a celebrarse por primera vez en Azerbaiyán, en el nuevo circuito de
Bakú, había sido corrido al 19 de junio, cuando originalmente le habían
asignado el 17 de julio.
Casualmente ese mismo día
se disputa las 24 horas de Le Mans, lo que significa que hay una clara intención
de Bernie Ecclestone (y de los equipos) de evitar una fuga de cerebros, quiero
decir… de que se fuguen sus estrellas hambrientas de potencia.
Sabido es que los pilotos
se ha quejado de la F1 actual, de las sensaciones que se han perdido a los
mandos de un volante de la máxima categoría. Consideran que manejar un F1 ya no
es el más grande desafío y Nico Hulkenberg fue el primero la pasada temporada
en querer experimentar que se siente conducir un coche de Gran Turismo. Tras el
pionero alemán, Fernando Alonso también dejo entrever su deseo de seguir sus
pasos. Y antes de que esto suceda, teniendo en cuenta que el rendimiento de
McLaren facilitaría la pérdida de su figura más importante, Bernie ha movido
rápido las piezas en el tablero para acomodar Bakú en la misma fecha para
generar un problema contractual.
A lo largo de los años,
siempre se ha procurado que la mítica carrera de resistencia no coincidiera con
un Gran Premio de Fórmula 1, pero el diablo si bien sabe por diablo, más sabe
por viejo y Ecclestone se ha asegurado
que Hulkenberg no participe por segunda vez en Le Mans y que otros pilotos no
puedan hacerlo por impedimento de su contrato.
Como reconocimiento a la
organización de Le Mans, la FIA únicamente ha afirmado que cambiarán el horario de la
carrera de Fórmula 1 para evitar que la salida del Gran Premio coincida con la
finalización de las 24 Horas a fin de que ambos eventos no se contrapongan en
la audiencia televisiva.
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