9 de junio de 2013

Y un día volví a escribir


De postear unas quince notas por día, a ninguna por un largo tiempo. La estabilidad, la consistencia con la que escribía tan apasionadamente por este deporte que tanto amo y que me mantiene vivo, se fue degradando producto de mis otras obligaciones que fueron creciendo y me fueron demandando más tiempo.

Soy policía y sumariante, con todo lo que ello significa. Siempre con los papeles, con el tipeo, con la computadora, con el teclado, con el lapiz, la birome y el papel. Con el anotador, tal vez para no dejar de lado esta practicidad con la que naci. 

Yo les escribo desde un país y mucho más desde una ciudad, donde el automovilismo no tiene la jerarquía que se merece. Un país del tercer mundo donde no hay política de deporte, donde la F1 se la mira desde muy lejos. No puedo vivir profesionalmente de la F1, debo hacerlo de mi profesión de policía de la que también estoy muy orgulloso, pero ello demanda tiempo. Y para colmo ya no seré dos con mi esposa sino que en muy breve seremos tres, porque en poquitos días nomas, vendrá mi hija Constanza (la primera argentina que correra en la F1... por lo pronto la butaca de Ferrari ya la tiene).

Mi gordita creció en la panzita escuchando la F1 y lo llevara consigo siempre porque vivo y respiro F1. No veía la hora de acomodarme con mis obligaciones y volver a escribir para ustedes. Se que no será fácil reconquistarlos, que por un tiempito los relegue, pero acá estoy, de regreso, como mi querido Rosario Central en primera y prometo no volver a dejar el circuito.

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