22 de enero de 2016

Doce millones de razones…

Cuando Bernie los 
Recuerdo cuando mediaba octubre, noviembre, y tanto Toto Wolff como Sergio Marchionne defendían el precio final de su producto, avisándole a sus clientes que ellos no estaban en la F1 para hacer caridad.

Entonces llegó la amenaza de Bernie y la FIA de introducir motores alternativos, menos sofisticados -pero mucho más baratos- y por arte de magia… se volvieron caritativos.

De veinte millones que valía el servicio, a doce millones en tan solo dos meses de tiempo.  Vaya que los invadió Papa Noel para que redujeran cuatro millones a final de diciembre, y los Reyes Magos para que bajaran otros cuatro millones en enero.

¿Cómo se puede bajar ocho millones de euros en dos meses cuando estaban tan firmes en noviembre?  ¿Será que el miedo no es sonso? Digo… el miedo a perder el control de la categoría. Porque ya lo reconocio hace poco Bernie Ecclestone, hoy por hoy ellos tienen el control de la F1 en esta era de motores y si hay motor independiente, se acaba esta hegemonía compartida

En cambio así, a doce millones de euros, se consigue que las reglas se mantengan como mínimo hasta el 2020.

La reunión entre el Grupo de Estrategia y la Comisión de la F1 ha surtido efecto y todo indica, a falta de confirmación oficial, que los fabricantes han aceptado, por unanimidad, reducir los costes de los motores actuales con el objetivo de garantizar su continuidad en la Fórmula 1. La amenaza de la llegada de un motor independiente estaba presente en el paddock del Gran Circo y ninguna marca quería que llegara un nuevo protagonista.

Así pues, los cuatro fabricantes, Ferrari, Mercedes, Honda y Renault, han aceptado reducir el coste máximo de los motores hasta 12 millones de euros y, así pues, garantizar que todos los equipos de la parrilla tengan un motor de su marca. Una rebaja sustancial si tenemos en cuenta que los motores actuales superan los 20 millones de euros.

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