Las
escuderías se reunieron con Pirelli antes de Navidad para escuchar sus
argumentos de cara a 2017. La marca italiana les explicó que ante tanto
'downforce' haría falta cambiar la presión de sus neumáticos, y que dicha
modificación perjudicaría la velocidad de los coches en el paso por curva. Por lo
que sólo tres escuderías se mantuvieron en la idea de continuar con los planes
iniciales, siendo el referente de ellas Red Bull
La
FIA aún no se ha pronunciado al respecto, y se espera que lo haga luego del 15
de enero, fecha limite que tienen los fabricantes para hacer una propuesta definitiva
en relación al motor alternativo y los cambios reglamentarios que se querían
introducir para 2017.
Pero
lo cierto que el recule de las mayorías de las escuderías ha molestado a Red
Bull y en especial a su cerebro Adrian Newey, hombre que viene avisando desde
hace mucho tiempo que se está coartando la libertad de acción de los ingenieros
con los últimos reglamentos.
De
querer un monoplaza que mejore cinco segundos, como se planteó en un primer
momento, a conformarse con uno que sólo mejore tres por la incidencia de un
neumático más ancho, sin tener que modificar agresivamente la aerodinámica, muestra
claramente el conservadurismo que tienen muchos dirigentes que hoy por hoy
dañan a la F1.
Como se estima que los monoplazas
ganarían entre dos y tres segundos gracias a los nuevos Pirelli, cuyas dimensiones serán
superiores a las actuales. Como más goma significa mayor superficie de contacto
con el asfalto y por tanto más agarre y velocidad, tanto en tracción como sobre
todo en el paso por curva, visto el dato que agrega la marca italiana que si
hay incidencia de carga se tienen que modificar las presiones, muchos ‘genios’
decidieron volver para atrás.
Los
cráneos de Mercedes fueron los primeros en plantear esta posibilidad. Entonces sus
rivales creían que su posición respondía a un interés partidista por defender
su superioridad, pero se abrió una investigación que concluyó con una exposición
de Pirelli el pasado 17 de diciembre. La marca italiana argumentó que para
lidiar con un estrés tan alto sería necesario elevar la presión mínima de los
neumáticos y que esas nuevas presiones perjudicarían el paso por curva, lo que
neutralizaría el efecto de la nueva aerodinámica. Y ante esta advertencia los
genios decidieron echarse atrás.
“Después de la última
reunión, se decidió por mayoría absoluta que en 2017 volveríamos a la normativa
de 2016 por lo que al chasis y el difusor respecta”, habría revelado una fuente
anónima al portal estadounidense Motorsport.com, el encargado de destapar la
noticia. “Pirelli expresó su preocupación ante la nueva carga aerodinámica y se
tomó la decisión de reducir el incremento de aerodinámica previsto para 2017.
Red Bull estuvo muy enfadada por esos cambios”, graficó el informante anónimo.
Adrian Newey, que está mucho
más adelantado que estos ‘genios’ se esperaba esta mariconada.
“Los
cambios de reglamento dan la oportunidad de hacer algo distinto. Sin embargo,
con los cambios de los que se han estado hablando de 2017, en realidad no son
tan diferentes de lo que tenemos ahora. Neumáticos ligeramente más anchos, unas
regulaciones aerodinámicas un poco más revisadas, etc. No hay grandes
diferencias”, adelantó al periódico árabe The National.
Para luego apelar a la nostalgia. “Siempre
he disfrutado los cambios en las reglas, ya que da nuevas oportunidades. Los
reglamentos se han vuelto cada vez más restrictivos. Si tú regresas digamos
los años 1970 y la década de 1980, tú ves una gran variedad de formas en los
coches porque los reglamentos eran relativamente libres. Ahora, si usted pinta
todos los coches de blancos en el pitlane, tú tienes que estar muy bien
informado para saber qué coche es de qué equipo”. Y lo triste es que
seguirá siendo así.
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