Para el flamante campeón mundial más joven en la historia de la F1, el nuevo elemento es más un problema que una solución.
Durante la última semana de pruebas que se llevaron a cabo en el circuito español de Jerez de la Frontera, las escuderías todas (a excepción de Hispania que siempre llega tarde a la repartición de cerebros) probaron por primera vez el software codificado de la FIA que determina cuándo los alerones móviles traseros pueden ser utilizados en pista para permitir el adelantamiento. Traducido a la simplicidad: una complicación más, que la mayoría de los pilotos no le encuentran sentido alguno y que de funcionar, le quitará valor a los adelantamientos.
Y si no, que le pregunte La Gazzetta dello Sport a Sebastian Vettel si está de acuerdo o no.
“Yo preferiría que adelantar fuera difícil porque en la F1 siempre ha sido así. Siempre se aprecia a quien lo consigue. Como un futbolista cuando mete un gol. Y con el ala móvil adelantar se convertirá en una operación sin valor que a la gente le parecerá fácil” señalaba Vettel en una entrevista al diario italiano.
“Los pilotos han nacido para correr, no para jugar con los botones. Ahora han aumentado: en cada vuelta debes usar el KERS y el ala móvil si no quieres perder prestaciones como con el F-duct el año pasado”
“No estoy convencido de que sea una cosa buena. Es verdad que antes intervenía sobre el repartidor de frenada y sobre el diferencial, pero lo hacías por puro placer de conducir y escogías cuándo y cómo hacerlo. Ahora estás obligado", se ha lamentado el alemán.
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