Ahora
que recuperó el poder no va a resignar su idea tan fácil. Bernie mantiene su
posición de introducir un motor independiente mucho más accesible económicamente,
que les permita a los equipos privados y ‘futuros garajistas’ pensar a largo
plazo en la F1. Y a pesar de la resistencia y la reprobación de Mercedes,
Ferrari, Renault y Honda, el mandato especial que le acaba de dar el Consejo
Mundial del Motor le permite salirse con la suya si lo considera esencial para
la gobernabilidad del deporte.
“Tenemos
que cambiar las reglas para permitir la llegada de un motor alternativo
barato. Los nuevos motores híbridos son simplemente demasiado caros, y no
podemos esperar. Todavía creo que deberíamos apostar por
el motor alternativo para el 2017. Desearía que la gente en
este negocio pudiera pensar más a largo plazo. Pero voy a darlo todo para que
la F1 siga siendo un evento deportivo de motor de alta calidad”, declaraba recientemente Bernie al rotativo alemán Handelsblatt.
Cabe
recordar que el Grupo de Estrategia junto con la Comisión de la F1 se juntaron en
París, antes del GP de Abu Dhabi, para tratar el asunto de los motores. Así fue
que Ferrari y Mercedes manifestaron su veto al motor alternativo biturbo de 6 cilindros
de 2,2 litros, más simple que el actual. Asumiendo los fabricantes, el
compromiso de presentar una
propuesta el 15 de enero, en la que ofrecerán una solución a la preocupación
que generan los altos costos de estos nuevos motores híbridos.
Pero tras la
carrera de Abu Dhabi, el Consejo Mundial del Motor se reunió para aprobar la
agenda de 2016 y sorpresivamente le dio al administrador de la F1 y al
presidente de la FIA un mandato especial para vetar o introducir cualquier
medida en pos de la gobernabilidad del deporte. A lo que Bernie y
Todt expresaron su intención de establecer conclusiones sobre estas cuestiones
el 31 de enero de 2016. Es decir, con quince días de posterioridad a lo que
hayan sugerido los fabricantes.
Coincidentemente,
más o menos para mediados de enero iban a estar ya examinados los motores de
Lewis Hamilton y Sebastian Vettel. De manera que la cancha parece estar marcada
para que haya novedades y suspicacias en esta disyuntiva que genera la idea del
motor alternativo.
Mientras
tanto, si algún fabricante sueña con que el viejo se jubile, pues que no
malgasten sus expectativas. “No he pensado en ello, pero si
alguien compra la F1 y no me quieren como director general tendrán que
despedirme, eso seguro. Me gusta lo que hago, es por eso que
aún sigo haciéndolo. No tengo por qué y no necesito el dinero. Lo hago
porque me gusta”, sentenció Bernie.
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