Sin dudas el coche más esperado. No sólo por tratarse de la escudería campeona del mundo. Sino por su diseñador, por la ansiedad de conocer con que genialidad nos deslumbrara esta temporada.
Y a las 8:30 el RB7 ya estaba entre nosotros. Estéticamente el Red Bull de siempre, con apenas algo más de rojo en el alerón trasero y un predominante logo de Renault en el morro.
Pero en términos de diseños, con un morro más alto (algo que ya a esta atura no nos sorprende), una cubierta de motor más elevada que mantiene la idea de la aleta de tiburón recortada, y lo más llamativo: una nueva interpretación del alerón trasero, con un aditamento a mitad del elemento.
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