“Será complicado, habrá una dura lucha así que necesitamos estar totalmente centrados de nuevo. La motivación no va a ser un problema por nuestra parte y lo que conseguimos el año pasado nos hace estar muy orgullosos, eso nadie nos lo va a quitar”.
Ser los flamantes campeones del mundo depara un sentimiento muy difícil de explicar, “creo que para nuestro equipo es un plus, pero ahora comienza una nueva historia, cuatro sesiones de pruebas y 20 carreras por delante,” agrega.
Es que la nueva normativa técnica, la entrada de una nueva marca de neumáticos y el resto de importantes novedades para el próximo año hacen que las cartas se barajen de nuevo, por lo que prefiere mostrarse muy cauto sobre las opciones de su equipo.
“Todos partimos de cero, con las mismas oportunidades y nosotros tenemos que intentar defender nuestro título. Creo que debemos empezar a hacerlo sobre la base que conseguimos en 2010, de otra manera, estaríamos dando un paso atrás. Tenemos que estar centrados, aprender y mejorar cada día.”
“Supongo que es lo que harán también los otros equipos, después de no haberlo conseguido en 2010, así que hay que intentar hacerlo mejor que ellos. Será más difícil que el año pasado, será una historia diferente.”
De manera que contar con el RB7 desde el primer test es para el germano una decisión acertada la que tomó el equipo. “El año pasado tuvimos algunos problemas de fiabilidad al principio, otros tuvieron también problemas al final, así que creo que la fiabilidad es el último de los problemas en los que tienes que pensar,” explica.
"Así es la F1 muchas veces y es uno de los puntos que la hacen excitante. El coche no es automáticamente el mejor o el más fuerte, pero si comienzas con una ligera desventaja, tienes un largo año para recuperarte y como siempre, hacer predicciones es muy complicado. Es un reto apasionante,” concluyó el campeón del mundo.
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