Renault, un rombo de dudas

La principal de ellas, si seguirá o no en la F1. La primordial que le sigue: en caso de la retirada, si continuarán o no como motorista.
"Debéis ser pacientes. Dejaremos que las cosas se desarrollen con normalidad. No quiero hacer ahora declaraciones, pero os garantizo que de aquí a fin de año haremos un anuncio sobre nuestra estrategia relacionada con la participación de Renault en la Fórmula 1", comunicaba Carlos Ghosn, el presidente de la marca francesa, al día siguiente que Toyota anunciara su salida.

La intención de Ghosn, con esta declaración, era apagar la alarma de alerta y desesperación que se había encendido con una reunión extraordinaria en París, en la cual se hablaba de abandonar definitivamente la categoría.

Mejor oportunidad, aprovechando los anuncios de Toyota y BMW, no podía existir. El ambiente es el propicio para echar el cierre en las factorías de Enstone y Viry Chatillon, pero antes quieren analizar todos los puntos, y tomar la dimensión de lo que se pierde. Hay que tener en cuenta que Robert Kubica, considerado uno de los mejores pilotos de la parrilla, ya fichó por ellos. A lo que se suma el compromiso con la escudería Red Bull, quien había decidido continuar con los impulsores franceses. Impulsores que este año les permitió luchar por el campeonato mundial hasta la penúltima carrera del año.

A lo que hay que agregar el R30, que ya se encuentra en su última fase de producción y que para el mes que viene ya estaría listo para encarar la fase final antes de salir a la pista. Todo esto sin tener en cuenta que el Consejo Mundial decidió no sancionarlo duramente por el Crashgate, para asegurarse que siguieran en el mundial.