En estos dos pasos se puede resumir lo que fue el 2009 para Ross Brawn. De la decepción al éxito, del éxito a la ¿inmortalidad? Digo inmortalidad porque después de lo que lograron cuando ya estaban casi desaparecidos es propio de la mitología, de la leyenda. E insisto con la inmortalidad porque para el equipo de Brackley pasar a formar parte de la familia de Mercedes, cuando hace once meses estaban huérfanos, casi desaparecidos, es pasar a mejor vida.
Todo comenzó un día de noviembre. "Estábamos disculpándonos informando de que la Junta había decidido que no podía continuar en la Fórmula Uno", recordaba Brawn en una entrevista con The Independent. "No teníamos ni idea de cómo podríamos seguir, pero era un tema que nos abordaba por primera vez tras recuperarnos de la conmoción inicial."
Brawn y Nick Fry de repente se habían quedado solos, con centenares bocas a las que había que darle de comer, como cual cocinero de un comedor benéfico se tratara.
¿Por dónde empezar? ¿Cómo seguir? Honda había transferido una suma como para cubrir los primeros meses, pero hacía falta el doble, o al menos lo mismo para terminar el campeonato. Entonces Brawn y Fry comenzaron a buscar patrocinadores, Ferrari y Mercedes les ofrecieron sus motores. Y la otra cara, la que muy pocos conocen de la F1, se comenzó a ver.
"La Fórmula Uno mostró una cara benévola que no siempre es evidente para la gente. La mayoría del tiempo estás tratando de superar a los demás en todo lo posible", pero esta vez no era así para Ross Brawn. Con esta muestra particular, el británico estaba empecinado en seguir, en colocar al equipo de Brackley en la grilla. Por una revancha propia, por una victoria contra el destino.
"No quería terminar mi carrera en Fórmula Uno a finales de 2008, ya que fue el peor campeonato que había tenido en 15 años. Y sabía que teníamos un coche ganador para el 2009."
La experiencia, el esfuerzo, la lucha, cada gramo, cada kilometro, cada milésima valió la pena. Haber sido propietario de un equipo durante un solo año y en ese año haber cautivado las estadísticas del deporte es propio de personajes que son tocados por una vara especial. Supongo que pasaran unas décadas más para que una escudería que debute, vuelva a repetir lo que hizo Brawn GP. Por ello es hora de tener que dejarlo.
"En algún momento cuando eres propietario de un equipo, tienes que pasarlo," Y para Brawn ya no tiene sentido jugarse a repetir algo de lo que ya está disfrutando, teniendo en cuenta que en su lugar puede escoger por asegurar el futuro del equipo. "Es tentador tratar de repetir el éxito de este año, pero habría sido un riesgo terrible. Hemos tenido un año maravilloso y en muchos sentidos fue una decisión difícil, pero ahora nos hemos unido a la marca de mayor prestigio en el mundo del automóvil. Ha sido una oportunidad para dar al equipo un buen futuro".
Para comprar el equipo de Brackley, Mercedes puso como condición principal que Ross Brawn debía continuar como director del equipo, más que una halagadora petición de Mercedes, se trato casi de una cláusula que el fabricante de automóviles puso sobre la mesa junto a su oferta de inversión.
Es que la gente de Mercedes-Benz confía en que la magia de Brawn todavía dure mucho tiempo.
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