11 de agosto de 2015

Dejo las huellas de un dinosaurio

Son imposible de borrar, de igualar, o de tapar. Lo que hizo Michael Schumacher con Ferrari no lo repetirá más nadie. 72 victorias, cinco títulos mundiales consecutivos, podios, records de vuelta. Cualquier marca a batir con una escudería, está en poder del káiser.

Sólo con uno se puede trazar ciertos paralelismos por cómo está siendo de parecido su primer año con la Scudería, porque son símiles, porque tienen el mismo compromiso, la misma hambre interminable por el éxito, y hasta si se quiere, lo homenajea con su casco.

“Los dos somos alemanes y fichamos por Ferrari en momentos difíciles. En la organización y el espíritu del equipo también hay paralelismos, pero Michael dejó huellas de dinosaurio en Maranello. Por ello, no miramos atrás, sino que nos preocupamos por lo nuestro”, reconocía Vettel en unas declaraciones recogidas por el portal ‘f1-insider-com’.

Por lo pronto, la cosa parece ir igual que en 1996 cuando Schumi en su primer año con el Cavallino Rampante logró tres victorias, con un coche que no estaba para tamaño logro. Aquella temporada terminó tercero. Vettel en condiciones de inferioridad contra las flechas de plata ya le ha arrebatado dos victorias, con nueve carreras por disputarse, y también marcha tercero en el campeonato.

“Es una maravilla lo que hemos conseguido hasta ahora. Vamos mejor de lo esperado. Para mí muchas cosas siguen siendo nuevas, así que tengo que centrarme solamente en lo importante”, declaraba al respecto Vettel.

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