Victoria inobjetable de
Lewis Hamilton en el GP de Bélgica. Fue perfecta de principio a final, con una largada
sin sobresaltos y con una administración de los neumáticos que no le generaron inconvenientes.
Y porque resalto estos dos
aspectos, porque creo que fueron las claves que hicieron la diferencia para que
el actual bicampeón del mundo ganara con tranquilidad. Su compañero Nico
Rosberg, que completó el 1-2 para Mercedes, se quedó patinando en la largada y
perdió varias posiciones que luego le llevo un primer stint recuperar. Mientras
que Sebastian Vettel, quien se predestinaba a terminar en el último escalón del
podio, tras haber largado desde la octava posición, intentó llegar a la bandera
a cuadros con una parada menos que el resto pero su neumático trasero derecho
que es el que más apoya, se reventó cuando ingresaba en la penúltima vuelta
tras haber tenido un desgaste de 28 vueltas, quedándose finalmente sin nada.
Así las cosas la tercera posición
la heredó Romain Grosjean en un pleno de Mercedes, que fue interrumpido por
Daniil Kvyat con su Red Bull, quien terminó cuarto por delante de Checo Pérez
con el Force India y Felipe Massa con el Williams, los otros dos con motores
Mercedes que completaron las primeras seis posiciones.
Recién séptimo aparece
Kimi Raikkonen con la Ferrari restante, que tuvo que aguantar los embates de
Max Verstappen en las últimas vueltas, completando el top ten Valtteri Bottas
con el Williams y Marcus Ericsson con el Sauber, quien por segunda carrera
consecutiva rescata el último punto para su escudería, superando nuevamente a
su compañero Felipe Nasr.
Parrafo aparte para la escudería Williams, que increíblemente cometió un error con el auto del finlandés, a quien le calzaron tres neumáticos blandos y un medio en el trasero derecho, lo que le valió un Drive Trough Penalty al piloto finlandés que lo dejo fuera de la lucha por los puntos gruesos.
En cuanto a los McLaren, su
ritmo de carrera no le permitió terminar esta vez dentro del top-ten, como así
tampoco quedar por delante de Sebastian Vettel, quien terminó perdiendo una
vuelta con el líder y tras ingresar al box en la última vuelta, acabó en la duodécima
colocación. Con los McLaren y los Manor cerrando la clasificación.
Finalmente, hemos visto una
largada sin sobresaltos, sin fallos dramáticos. Fue desafortunada la situación
de Sebastian Vettel en la penúltima vuelta, pero tiene que servir como un
mensaje de advertencia tanto para Ferrari como para Pirelli. Porque si bien la
rotura del neumático es producto de un stint demasiado largo de 28 vueltas,
cuando el resto no llego a las veinte, se debe destacar que para estirar su
estrategia seguramente por radio tienen que haber consultado a los ingenieros
de Pirelli, quienes evidentemente contemplaron esta situación. Por lo que ambos
tienen su cuota parte en este resultado final que por suerte no trajo
consecuencias físicas para el piloto.
Dicho esto, quitada esta
espina, con Monza en el horizonte, y un Nico Rosberg muy tibio, el mundial va
alcanzando su sentencia. Veintinueve puntos de distancia con su compañero, y
una convicción que no tiene el alemán a la hora de dar el golpe certero son las
claves que me hacen pensar que tendremos un nuevo tricampeón en la categoría. Será
cuestión ahora de adivinar a partir de que carrera.
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