Pensé que el homenaje se
había terminado después del minuto del silencio, una vez que los pilotos
desarmaron la ronda en la que habían dejado sus cascos acompañando al del
francés… pero me equivoque. El homenaje apenas estaba empezando.
No sé ustedes, pero estoy
convencido que en Hungría los pilotos no solo cumplieron con su promesa de
darlo todo en esta carrera, en memoria de Jules. Sino que además nos regalaron
la mejor carrera del año, y no diría solo del año, sino de esta era de motores
V6 Turbo.
Debemos agradecer a todos,
más de uno se equivocó, pero no es momento de criticar a nadie. Cada uno tuvo
su cuota parte en este espectacular GP de Hungría. Sebastian Vettel por su
increíble largada, Daniel Ricciardo por las batallas que nos regaló en búsqueda
de la victoria y Lewis Hamilton porque sin sus torpezas producto de su hambre
de gloria, no se hubiera abierto la carrera como se abrió. Pastor Maldonado,
porque sin dejar de ser él mismo, sus cuatro penalizaciones también
contribuyeron al espectáculo. Max Verstappen porque a pesar de su juventud
salió indemne y maduro de tanta vorágine en este Gran Premio. Fernando Alonso y
Jenson Button, porque consiguieron llevar los McLaren a los puntos.
Cuesta encontrar algún
piloto que no se haya lucido. Salvo Nico Rosberg que no pudo aprovechar la
oportunidad del año (y que ahora nos enteramos que fue su equipo el que lo
privo de quedar por delante de su compañero) es difícil hallar otro, tal vez
Felipe Massa, que echó a perder su carrera antes de comenzarla, ya que al
posicionar mal su Williams en el cajón de la grilla, se tuvo que abortar la
largada y luego tuvo que pagar con un Drive Trough Penalty, pero esto también
fue un factor que abrió la carrera. arruinó su carrera desde su cajón de
salida,
La clave de la carrera sin
dudas fue otra mala largada de los pilotos de Mercedes. Porque la verdad que en
un circuito como el Hungaroring, con una flecha de plata entre manos, logrando
la pole ya se tiene un 90% de la victoria. Pero claro… había que largar bien y
fue ahí que ese 10% restante acabo con los noventa y con una racha que
difícilmente vuelvan a repetir de 16 podios consecutivos en el caso del moreno
y 28 para la escudería de Brackley.
Decía el viernes que por
primera vez Ferrari comenzaba un fin de semana de menor a mayor, en la que no
habían tenido una buena sesión pero que no había que ser pesimistas. Ya que veníamos
acostumbrados a que nos ilusionaban con tandas largas de buen ritmo en la
segunda sesión y luego con el correr del fin de semana se desinflaban, en
contrapunto con Williams que se escondía en la primera jornada y después
terminaba con un mejor ritmo de carrera los domingos.
Y la realidad es que luego
de dar el zarpazo en la largada, tanto Vettel como Kimi Raikkonen mostraron un
ritmo que los mantuvo siempre alejados del asedio de Nico Rosberg, que para
entonces había quedado tercero como mayor amenaza, algo que no se concretó
nunca, porque su equipo se encargó que el germano estuviera siempre
omnipresente. Es cierto que con Lewis desde el tercer lugar, otra hubiera sido
la historia. Pero nos hubiéramos privado de tener este espectacular Gran
Premio.
Porque gracias a que quedó
cuarto y que quiso superar a su compañero, se fue de pista para luego tener que
iniciar una picante remontada que le permitió recuperar la cuarta posición.
Entonces salió el safety car por el accidente de Nico Hulkenberg y parecía que
todo se acomodaba a pedir del moreno. Pero se encontró con Daniel Ricciardo y
nos regalaron toda la emoción. Verlos pelear en el relanzamiento de la carrera,
usando la parte exterior de la pista, juntarse con el Williams de Bottas y con
el otro Red Bull de Kvyat acaso el hombre de la carrera. que pasaron al frente
en la segunda curva, porque también sometió a los Mercedes
Si bien es cierto que
Sebastian Vettel ganó de punta a punta y nunca estuvo sometido a ningún ataque
rival, porque fue el único que no tuvo roces, agradecidos a aquellos que
buscaron la chapa.
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