Nada parece estar bajo
control de Kimi Raikkonen esta temporada. Al finlandés parece que este año se
le burla el destino. Cuando la Ferrari es confiable, Kimi la pierde de las
manos. Hace trompo en Canadá, se va de pista en Austria, no la puede llevar en
mojado en Silverstone. Y cuando él está en el nivel que lo llevo a ser Kimi
Raikkonen, que se siente a gusto y nos enamora nuevamente, la Ferrari se rompe.
Es una lástima, una
picardía, pero a fin de cuenta, no se dan los resultados y eso es lo que pesa a
la hora de renegociar un contrato. Hay quienes aseguran que Ferrari ya le
habría preparado un precontrato para 2016 y que Kimi se quedaría una temporada
más porque ya habría convencido con su actuación a Maurizio Arrivabene, quien
tan sólo necesita un buen resultado, uno solo nomas, para que a su vez pueda
convencer a Sergio Marchionne el presidente de la
Scudería.
Pero no tendremos novedad
sobre la segunda butaca de la rossa hasta después del parón veraniego. “Kimi
pilotó de forma extraordinaria, pero hay que centrarse en el
coche. Hay tiempo para decidir el piloto”, dijo al respecto al italiano.
Mientras tanto Kimi ya lo
ha dejado en claro. “Si no tuviera la velocidad y la pasión, entonces no
estaría aquí. Estaría en mi casa. Lo que pase el año que viene no está en mis
manos, pero el
equipo ya sabe que me quiero quedar”.
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