Hay veces que no… y una de ellas quedó graficada por Gerhard Berger, ex propietario de la mitad de la Scudería Toro Rosso, que hasta el año pasado compartía la mitad de las acciones con Dietrich Mateschitz.
En incansables oportunidades los medios no dejaron de preguntarle a uno de los mejores amigos de Ayrton Senna porque decidió ceder la mitad de STR, cuando el equipo había sido en el 2008 la revelación de la temporada alcanzado una impensada victoria en Monza y un mejor nivel que su hermana mayor Red Bull. Sin dudas, la decisión parecía inexplicable.
Hasta que Berger rompió el silencio y en la jornada de este martes nos explicó su justificación. Ahora nos queda más claro porque no han vuelto al podio como constructor. Ahora se entiende porque de su parte no hay arrepentimiento.
Cuando la revista Bild le preguntó si se lamentaba de haber abandonado el gran circo respondió, Gerhard fue contundente: “No, porque mientras que Toro Rosso sea considerado el equipo junior de Red Bull, no tendrá posibilidades de hacer cosas grandes y yo soñaba con ganar carreras”.
“Con Sebastian Vettel conseguimos ganar una carrera. Pero la realidad es que todos los esfuerzos son para Red Bull y Toro Rosso es simplemente un subalterno y esa no es mi filosofía”, sostenía Berger.
“Red Bull es la fuente de financiación de Toro Rosso y lamentablemente yo no estaba en la situación de encontrar patrocinadores para convertir a la escudería en un gran equipo. Por lo que no tenía sentido continuar”, explica Berger, recordando que el año que viene la normativa prohibirá recibir los diseños y componentes de otra escudería, por lo que el monoplaza se hará por primera vez entero en Faenza.
“No quiero volver a desempeñar un papel secundario. Si no existe ninguna posibilidad de éxito, deja de ser divertido para mí. Y Ahora es Christian Horner quien tiene que estar divirtiéndose con Red Bull”.
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