Según un informe de la revista Auto Motor und Sport, habría sido la escudería de Grove quien solicitó a la FIA la reducción de los gases en los escapes de los monoplazas.
A pesar de las sospechas previas, que tildaban a Virgin como la recurrente de esta idea por tratarse de un equipo chico, el medio germano apunta que fue Williams quien instó a la FIA a tomar medidas contra las sofisticadas soluciones técnicas de los escapes soplados, desprendiéndose esto de una declaración de uno de los ingenieros del equipo británico.
No obstante, desde Virgin reconocieron que la queja ha sido bien recibida. Pues… “una prohibición… nos habría afectado menos que a los equipos punteros porque nosotros… estamos bastante lejos en el área referente al mapeado del motor”, admitió a la agencia Reuters su jefe del equipo, John Booth.
Mientras tanto, Adrian Newey, responsable técnico de Red Bull, señaló que la prohibición afectará a todos los equipos punteros más o menos por igual ya que “todos tienen esta tecnología, con soluciones de los escapes muy similares”.
No obstante, advirtió que no puede asegurar si la prohibición será una ventaja o una desventaja para Red Bull. Lo que si aseguró es que “no afecta solo a los motoristas, también tenemos que reaccionar en cuanto al chasis. Si los gases de escape ya no pueden fluir consistentemente, tendrá una influencia significativa en el equilibrio del coche”.
Y esto lo lamenta el jefe del equipo Mercedes, Ross Brawn. Dado que “los equipos y los suministradores de motores han invertido mucho dinero en esta tecnología que ahora se tira por la ventana”.
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