Como ya sabemos, ni Michael Schumacher ni Nico Rosberg vieron la bandera a cuadros, a mitad de carrera Mercedes GP ya estaba embalando todo. Mientras esto pasaba, el jefe de equipo de Red Bull, Christian Horner, lo tomaba con humor.
Michael Schumacher aseguró una semana atrás que el MGP W02 podría ser el rival más directo del RB7, pero luego de la clasificación del sábado, esas expectativas se fueron por el piso y Christian Horner –jefe del equipo Red Bull– estaba al tanto de ello.
“Mercedes tuvo suerte de que sus coches fallaran, así nadie pudo ver lo lentos que eran”, bromeó sarcásticamente el británico al diario germano Bild.
Por su parte, el káiser admitió que de haber terminado la carrera, el resultado no hubiera sido el que se imaginaban el viernes.
“No puedo decirte lo bien que podíamos haber ido en carrera porque mi coche fue dañado en la tercera curva. Pero definitivamente, no habría sido fácil. Después de las alentadoras pruebas invernales, llegamos aquí con expectativas muy diferentes”, aseguraba el Kaiser.
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