Se me cruzan tantas emociones en este momento, tantas imágenes
que elegir un titulo para esta nota se me hizo un tanto difícil. El himno alemán,
después el italiano, el abrazo interminable con el equipo, como no sucedía
desde aquel GP de China de 2006. 34 Grandes Premios sin ganar la Scudería, otro
tanto sin triunfar Sebi, desde Bélgica que no se podía vencer a Mercedes, y un
GP de Australia que nos hacía creer que el año ya estaba terminado apenas
arrancar.
Pues no… el año no está terminado. Las flechas de plata tienen
rival, tienen quien le haga sombra. ¿Qué sólo ganaba con el coche más rápido?
Apenas tuvo la mínima oportunidad, la aprovechó y fueron las flechas de plata
quienes lo tuvieron que correr de atrás.
Impensado para la segunda carrera después de lo que vimos
en la primera carrera del año. Pero así es la F1, esta es la parte mágica que
no podemos subestimar, que hay cosas que no debemos olvidar que se tienen que
cambiar, eso debemos tenerlo presente, porque esta victoria es apenas un oasis
entre tanto dominio de Mercedes, pero es una luz de esperanza para no dar por
terminado el campeonato.
Si tengo que hacer un juicio de este Gran Premio, puedo
decir que Mercedes subestimó la carrera. Con Hamilton habiendo mantenido la
punta en la largada, ante la salida del safety car decidieron mandarlo a boxes
junto con Rosberg antes que Vettel, siendo que Ferrari decidió mantenerlo en
pista y estirar su stint. Pensaron que su estrategia alcanzaba para cubrir el
frente de ataque, pero resultó que habían quemado un juego de los neumáticos más
blandos en clasificación y cuando tuvieron que correr de atrás al alemán, se
encontraron con que tenían el mismo
compuesto. Se lo escuchó a Lewis reclamar porque no le habían puesto los medios
en el último pitstop y le recordaron que habían usado el juego en la Q1.
Fue claro el mensaje del moreno para su equipo, habrá que
reunirse y replantearse las estrategias porque así como Australia les dejo la
sensación de superioridad total, Malasia les dejo la intranquilidad de que
Ferrari está ahí. Como así también a nosotros nos demostró que lejos quedó
Williams, siendo claramente el tercer equipo pero dando un paso hacia atrás. Tras
ellos Toro Rosso y luego Red Bull.
Sepang nos dio otra idea, nos dio espectáculo. Sin llover,
tuvimos a Raikkonen de dar una vuelta completa en tres ruedas a terminar cuarto
con un ritmo endiablado. A Bottas superando a Massa por el quinto puesto. A Max
Verstappen ganándole agresivamente a Sainz el séptimo lugar y a Daniil Kvyat quitándole
el noveno puesto a Daniel Ricciardo.
Dicho esto, el hijo de Jos se convierte en el piloto más
joven de la historia en puntuar en la F1, un record que difícilmente vayan a
rebatir teniendo en cuenta que tiene 17 años y que a partir de la temporada que
viene la superlicencia se la darán a mayores de 18 años y con cierta
acumulación de experiencia.
Ajenos a los puntos quedaron Force India, Sauber, McLaren
y obviamente Manor. Los muchachos de Force India con sendas penalizaciones,
Sauber habiendo perdido una importante posibilidad de puntuar después que
Marcus Ericsson se fuera de pista por falta de madurez. McLaren en una carrera
aparte de desarrollo y Manor en una nota destacada de su piloto Roberto Mehri
que logró terminarla carrera, algo que Fernando Alonso no se pudo dar el gusto
en su primera carrera de regreso a McLaren.
Vettel unificó muchas emociones, es tan perfecta su
trayectoria que su primera victoria con Ferrari se convierte en la número
cuarenta, tan solo a una de Ayrton Senna y la cuarta en Sepang, transformándose
en el más ganador en este circuito.
Ferrari está de vuelta, con V de Vettel y esta es la mejor
noticia que nos ha dado el segundo Gran Premio de la temporada.
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