25 de marzo de 2015

“Es difícil tener un socio que miente”


Camino a la segunda carrera de la temporada, Renault vomitó su verdad y la verdad muchas veces duele. Hasta entonces el rombo había recogido el guante, había agachado la cabeza, y venía trabajado a conciencia con el equipo Red Bull.

Pero todo tiene un límite y Renault no está dispuesto a pagar un alto precio cuando entienden que la culpa tendría que ser compartida. Porque no pensar que Red Bull también hizo un mal coche. Después de todo… sabíamos de antemano que Adrian Newey no iba a estar tan involucrado en el desarrollo de este chasis. No es casualidad que al nuevo Toro Rosso la nueva unidad de potencia de Renault le caiga mejor.

No vamos a tener este año un motor ganador, esto lo sabemos. Pero ganar carreras no depende sólo del motor, sino también del coche y los pilotos. Es complicado tener un socio que miente. Adrian es un hombre encantador y un ingeniero sin igual, pero ha pasado su vida criticando a los motoristas. Es demasiado viejo para cambiar sus costumbres”.

“Nuestras cifras han mostrado que el déficit del tiempo por vuelta entre Red Bull y Mercedes en Melbourne se dividió de igual manera entre los problemas de manejabilidad, el rendimiento del motor y el rendimiento del chasis. Por tanto, es el paquete en general el que necesita ayuda, y hemos de trabajar juntos para comprender los problemas, tanto los del motor como los del chasis”.

Y esto hay que reconocérselo a Renault, porque es cierto, nunca han escondido la realidad, siempre la han aceptado, han agachado la cabeza y se han puesto a trabajar. Han buscado asesoría en Mario Illien, han repatriado a Bob Bell tras su paso por Mercedes, en fin se ve una intención manifiesta en tratar de solucionar este déficit.

Pero… ¿y Red Bull? ¿Qué está haciendo al respecto la escudería de Milton Keynes, más que lavarse la mano y expropiar culpas?

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