En
la Scudería aprendieron muy bien la lección de la humildad. Si repasamos los
diarios del año pasado a esta altura, era todo promesa, todo expectativas de traer
a pista todo un coche revolucionario que les iba a permitir pelear por el
título desde la primera carrera.
Esta
vez, a pesar de que ahora cuentan en sus filas con el piloto más ganador de la
actualidad, a pesar de que se renovaron las expectativas y sobre todo la
motivación y la confianza, la ideología es muy diferente.
Desde hace varias
semanas vienen manteniendo que van muy por detrás en el desarrollo del nuevo
coche. Que prefieren realizar una presentación del coche muy básica y ganar
tiempo en el trabajo de la nueva rossa. Ahora, de cara a la primera carrera del
año que tendrá lugar en menos de dos meses, se muestran realistas y aseguran
que el objetivo mínimo es llegar con ambos coches a la Q3 y que "el objetivo
máximo, y francamente poco probable, es el podio".
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