El saldo que ha dejado la
temporada 2014 es negativo desde cualquier punto de vista. Salvo Mercedes, creo
que nadie más tiene una mirada positiva sobre la máxima categoría automovilística.
Fue el peor año que se recuerde
de las últimas dos décadas. Se consumieron dos escuderías, nos silenciaron los
motores, vaciaron los circuitos, los coches perdieron downforce, pero a la vez
se volvieron de Play Station y ya son manejables para chicos sin experiencia. Eliminaron
la competencia, extirparon la pasión y nos dejaron monoplazas con trompas
indecentes y un motor hibrido al que… como si fuera poco, le controlan el paso
del combustible en una actualidad cargada de restricciones. Todo eso lograron
los cerebros mágicos de la F1, que cuando se juntan se hacen llamar “El Grupo
de Estrategia de la F1”.
Bueno… ahora que tomaron
dimensión de las cagadas que se mandaron, quieren emparchar la situación. ¿Cómo?
Recurriendo a dos elementos que tanto enriqueció a la F1 durante varias
décadas: neumáticos más anchos y motores turbos de mil caballos de potencia.
Un F1 tiene que ser un potro duro
de domar, tiene que volver a ser ese coche filtro que nos enseñaba rápidamente cuando
un debutante tenía algo especial. Hoy cualquier piloto que debuta rápidamente se
destaca, pero no sabemos distinguir cual es del montón, porque todos los
debutantes tienen un buen rendimiento en general. Antes, pilotar el monoplaza
era un desafío, lo general era que pasaran desapercibidos y aquel que se
destacaba terminaba luego siendo un campeón del mundo. Por caso los últimos, Ayrton
Senna, Alain Prost, Michael Schumacher, Mika Hakkinen, Jacques Villeneuve,
Fernando Alonso, Jenson Button, Kimi Raikkonen, Lewis Hamilton y Sebastian
Vettel. También estuvieron aquellos que no corrieron la misma suerte pero
nutrieron de buenos apellidos la parrilla, por nombrarle a Berger, Alesi, Barrichello,
Fisichella, Trulli por dar una referencia.
Durante
la última reunión del Consejo Mundial de los Deportes de Motor (WMSC) en Qatar
recogió el guante de las críticas y ordenó al Grupo de Estrategia de la Fórmula
1 que comenzaran a buscar la manera de hacer que el deporte sea más exigente
para los pilotos, además de aumentar el espectáculo para los aficionados.
Una de las propuestas que se evalúa sin tener que tirar a la basura estos híbridos V6, es llevarlos a los 1000 caballos de potencia, aumentando la carga de combustible máxima permitida de 100kg y permitiendo mayor paso del combustible, algo que se podrían conseguir sin variar los cilindros, lo que representaría sólo un gasto adicional en un momento en el que el deporte está tratando de reducir los costes.
Una de las propuestas que se evalúa sin tener que tirar a la basura estos híbridos V6, es llevarlos a los 1000 caballos de potencia, aumentando la carga de combustible máxima permitida de 100kg y permitiendo mayor paso del combustible, algo que se podrían conseguir sin variar los cilindros, lo que representaría sólo un gasto adicional en un momento en el que el deporte está tratando de reducir los costes.
La otra no
menos interesante es solicitarle a Pirelli la
fabricación de neumáticos más anchos. De esta manera aumentaría la adherencia
del tren trasero y se asegurarían la continuidad de la marca italiana como
proveedor de neumáticos del parque, a conciencia de que hoy por hoy como esta
plantada esta Fórmula 1 no es atractiva para nadie. Pirelli termina su contrato
con la F1 en 2016 y pondría como cláusula de continuidad que se le permita
hacer este tipo de neumáticos.
"Hemos
tenido varias conversaciones con Charlie Whiting sobre ello, y siempre
hemos dicho que estamos abiertos a hacer lo que necesite este deporte. Nos atrae la idea de los neumáticos anchos. Cuando
veo las imágenes los coches de la década de 1970 no es tan extremo”.
“Actualmente los neumáticos
son bastantes pequeños desde muchos puntos de vista. Son de
245mm de ancho en la parte delantera y 325mm de ancho en la parte
trasera. Me encantaría hacer neumáticos más anchos de 400mm porque
suena mejor. Es como si llegamos a los 1000 CV de potencia, también suena
genial. Creo que es un elemento de nuestro deporte que necesita
volver a tener grandes números", sentenció Hembery.
“Estamos abiertos a discutirlo. Solo necesitamos un poco de previsión. Para 2016 sería muy difícil de lograr,
tendría que ser para 2017", señaló. Es que de ser aprobado
este tipo de neumáticos, los equipos necesitarían hacer varios cambios en los
monoplazas, como una mayor carga aerodinámica y ajustar el diseño de sus chasis.
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