A pesar de lo disgustado que se lo ha visto este año con el actual modelo, la intención del piloto brasileño es continuar en la máxima con la escudería de Woking.
"Es muy triste que no tengamos un coche competitivo este año, porque teníamos un buen monoplaza el pasado año pero hemos tenido que construir sobre lo que no hicimos”, declaraba Rubens Barrichello a ITV-F1.
No obstante, “el año que viene tiene que haber una gran mejora, tiene que ser algo grande, y quiero ser parte de ella como lo he sido durante los dos últimos años, y es por eso por lo quiero estar presente para asegurarme de que estamos, en realidad, dando un paso al frente”.
“He entrado en Williams porque creía en el proyecto, creía que en el tipo de estructura que tienen, en sus magníficas instalaciones…", confiaba Rubens al medio italiano.
El actual mundial ha supuesto el peor inicio de temporada de la historia para el equipo británico. Disputados ocho Grandes Premios, la escudería apenas sumó cuatro puntos. Lo que ha demandado cambios en la estructura interna del equipo, con la dimisión de Sam Michael y Jon Tomlinson que abandonarán la escudería al final de temporada cuando vencen sus contratos. Y en su lugar la llegada Jason Somerville y Gillan Marcos se incorporarán como jefe de aerodinámica y jefe de operaciones respectivamente, quienes se sumaran a Mike Coughlan, ex de McLaren implicado en la trama de espionaje de 2007.
Y son estos cambios los que ilusionan a Barrichello de que Williams pueda volver a ser lo que fueron a finales de los 80 y primera mitad del 90.
"Así que no hay ningún 'pero', hay un montón de 'sí' y hay mucho recorrido para mejorar", sentenciaba el brasileño. Y eso que en ese momento no estaba al tanto de la vinculación de su equipo con Renault.
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