El piloto español debió abandonar la primera sesión cuando restaban ocho minutos para su finalización. Pero ello no fue motivo de preocupación y terminó la primera jornada con absoluta tranquilidad, ya que si bien la rotura le quito tiempo de pista, la muerte del V8 colocado para la ocasión ya estaba prevista.
"Siempre es mejor tenerlos (a los Red Bull) por detrás. Pero no es ninguna novedad. Si hubiésemos tenido que apostar el jueves por quién iba a estar primero y segundo el viernes, habríamos puesto todo en los Red Bull", declaró Alonso.
"Esto es lo normal para un viernes. Lo importante es tener por detrás a los McLaren y a los Renault, que ya nos han puesto en apuros en algunas carreras. El sábado, es cuando tenemos que batir a los Red Bull", agregaba el asturiano que finalizó a tres décimas de Vettel.
En cuanto a lo que sucedió en la primera sesión, "el problema de la mañana era esperado porque estaba previsto cambiar el motor entre una sesión y otra."
"Ha sido un viernes como siempre, bastante intenso, con muchas cosas que probar en la primera sesión. Afortunadamente nos dio tiempo a todo, a excepción de un ensayo de salida al final que no pudimos llegar a hacer. En la segunda sesión nos concentramos en mejorar los reglajes del coche," comentaba.
"Lo importante es que esto pase los viernes, porque así el equipo lo estudia y el sábado y el domingo rodamos de una manera más precavida si ven que hay algo al límite. De los problemas se sacan muchas conclusiones. Cuando se para el coche en la pista parece un drama y que hay poca fiabilidad. Pero estoy contento porque en el equipo se aseguran de que eso no suceda más", concluyó el asturiano.
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