Tras la qualy del GP de Malasia, los pilotos le solicitaron a Charlie Whiting si la línea de la pole se podía situar del lado izquierdo de la pista. No es lo habitual, generalmente el que obtiene la pole larga del lado derecho para aprovechar una mejor trazada.
Pero la trazada derecha había quedado tan sucia de los restos de neumáticos que tuvieron que cambiar de lado. Y ahora nos enteramos que las virutas no sólo ensuciaron la pista sino que también le generaron malos pasares a algunos pilotos.
Son los casos de Sebastian Vettel y Paul di Resta quienes alzaron sus voces para que Pirelli de una vez por todas haga algo.
“Había un trozo de neumático que, de repente, estaba en medio de mi vista. Son como balas disparadas desde el coche y hacia adelante”, comentaba muy preocupado el flamante campeón del mundo.
“Imagina Singapur o Mónaco donde los fans podrían encontrarse una pieza de neumático en su té”, juega con la situación el piloto de Red Bull.
Por su parte, el escocés Paul di Resta advirtió que se debería tomar alguna medida en la fabricación del compuestos para evitar estas molestias que seriamente podrían afectar al pilotaje.
“El caucho no es el material más suave y si cae en el lugar correcto, podría hacer daño”, razonaba el piloto de Force India ante el diario The Telegraph.
“Cuando llega el final de la carrera es difícil de superar. Lo más importante era que seguían llegando a mí y golpeándome en las manos. En mitad de las curvas rápidas, esos trozo de caucho me golpeaban a medida que giraba la rueda”, comentaba el británico.
Mientras tanto, el director deportivo de Pirelli, Paul Hembery, aseguró no estar al tanto si la queja era generalizada. Aunque también reconoció que no tendrían problemas en buscarle rápidamente una solución al problema.
“No he hablado con los tres primeros (clasificados), pero si se trata de un problema, tendremos que hacerle frente. Hubo una gran cantidad de adelantamientos. Tendremos que analizar todas las maniobras pero las virutas tienen que ir a alguna parte y es una dificultad para nosotros”, sentenciaba Hembery.
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