Le pasó de todo, lo tocó su compañero, recibió un drive trough, se mojó dos horas mientras los directores de la carrera resolvían que hacer con el GP de Canadá. Se reanudó la carrera y se tocó con Fernando Alonso, pinchó su neumático y pasó seis veces por boxes y con todo esto que le cuento a cuestas, ganó la carrera.
No ganó una carrera a lo campeón, como campeón que es. La ganó a lo Fangio como en Ñurburgring. Porque hizo lo imposible, lo que ningún piloto de esta época había hecho en todos estos años en una carrera. Puede ser que la cantidad de veces que salio el safety car le permitió reacomodarse. Puede ser también que aprovechó las condiciones de la pista de las últimas vueltas, la cual ya se había secado.
Pero no es necesario que recurra a los libros de la historia para decir que es la primera vez en la historia que un piloto gana la carrera tras haber pasado seis veces por boxes. Increíblemente Jenson Button lo hizo.
Hubo que esperar 120 minutos para que la carrera volviera a largarse tras ser detenida en la vuelta 25. Hubo que esperar una decena de giros más para que el safety car dejara la pista libre. Pero si sabía que íbamos a tener este desenlace, hubiera soportado la espera por años.
Porque no sólo vimos una victoria de antología, sino también porque vimos el regreso de Michael Schumacher. El Schumacher que todos esperábamos el año pasado.
No subió al podio… llegó en el cuarto lugar. Pero si hoy no está en el podio es porque, como siempre ha pasado, su Mercedes no aguanto más.
La carrera se había reanudado con Vettel, Kobayashi, Massa y Heidfeld en las primeras cuatro posiciones. Button había quedado en la décima posición y Schumacher duodécimo. Pero tan pronto como se empezó a formar la huella, Jenson primero y Schumi después fueron por los neumáticos intermedios y empezaron a recuperar posiciones.
La arremetida del káiser se vio levemente interrumpida por el abandono de Alonso, quien generó la salida del safety car porque su Ferrari quedó varada en una zona peligrosa del circuito. Justamente porque quiso superar a Button, quien como consecuencia del roce pinchó su neumático delantero izquierdo.
Entonces la carrera se reanudó, Vettel se escapaba en solitario y Kobayashi se defendía como podía de Massa. Pero rápidamente Schumi llegó hasta ellos y los superó a los dos de una sola pasada. Inmediatamente fue por las blandas y al salir se encontró con que estaba segundo y mucho más cerca de Vettel que también había ido por las blandas.
Era el Schumacher que no habíamos podido ver desde su regreso, el mismo que fue superado mil veces por Nico Rosberg, porque quedó claro que no es la edad, sino una cuestión de autos.
Para ese entonces, las carreras de Kobayashi y de Massa se habían desgranado. El brasileño dañaba su trompa al perder la Ferrari como consecuencia de superar un rezagado en la vuelta 53 y Kobayashi era superado por Button cayendo a la quinta posición.
Con la huella formada en seco, Mark Webber se le vino al humo y tras ellos Button. Sí, Button. Porque mientras todos mejoraban su prestación en seco, el inglés lo hacía dos segundos más rápido, volando donde no se podía, pasando por encima de lo mojado. Así fue que llegó a la cola de Webber y lo superó. Así fue que dejo atrás a Schumacher y así fue que se acercó contra todos los relojes a Vettel, que para las últimas vueltas comenzó a notar una sombra gris cada vez más cerca y cuando acordó lo traicionaron los nervios.
Como si fuera poco, el GP de Canadá nos regaló en el cruce de meta un final de ventaja mínima entre Massa y Kobayashi, quienes llegaron a la par en plena línea de meta, una definición por hocico en la que el brasileño se quedó con el quinto puesto.
Por segunda vez en el año, de siete presentaciones que llevamos, el ganador no es Vettel. Había que presionarlo en el final como lo hizo Button para encontrar el error. Al fin y al cabo el muchachito rubioso es un humano, parece una maquina, pero es un humano. Sólo que esta vez, el que lo corrió de atrás no era ni Hamilton ni Alonso, era Fangio.
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