No sólo es un capricho de los motoristas esto de no querer los impulsores de cuatro cilindros. Quienes se encargan de promover los Grandes Premios de F1 en sus respectivos países tienen bien en claro que lo principal para atraer a los aficionados es el espectáculo, pero si los motores no hacen ruido, los aficionados no van a los circuitos, de manera que de nada sirve trabajar para aumentar la posibilidad de sobrepasos.
Es por eso que los organizadores locales de las pruebas quieren que las carreras suenen como lo hacen actualmente. Y para hacerlo saber, en su mayoría han firmado una carta a la Federación Internacional de Automovilismo pidiendo motores ruidosos que mantengan el espectáculo.
La carta, redactada por Ron Wolker, organizador del GP de Australia, esta firmada por todos los países a excepción de China y Corea. Y en ella amenazan con dejar de lado a F1 y acoger otros eventos ruidosos como por ejemplo la Indycar.
“No vamos a destruir nuestra base de clientes. El sonido forma parte de la marca”, insistía Wolker recientemente. No obstante, Bernie Ecclestone ya había dejado en claro que su deseo es dar un poco más de vida útil a los actuales V8. deseo que es compartido por los equipos hasta que en 2014 implementen un cambio gradual a los V6 y no a los cuatro cilindros como presionaba la FIA.
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