Durante la mañana del domingo, en la previa de la carrera, nos desayunábamos con la preocupante noticia de que Jenson Button había sido víctima, el sábado por la tarde en su regreso del circuito de Interlagos, de un intento de robo por parte de seis individuos que se encontraban armados con ametralladoras.
Ese mismo día, también de regreso a su hotel en Sao Paulo, tres ingenieros de Sauber también fueron atracados a punta de pistola. Lo que generó el domingo una notoria presencia de la seguridad en el circuito, con helicópteros sobrevolando las instalaciones, los espectadores siendo cacheados en las entradas y los pilotos trasladados hasta la pista en coches blindados.
Pero a pesar de que en el paddock comenzaron a surgir especulaciones de que los problemas de seguridad acaecidos durante este fin de semana podían poner en peligro el futuro del GP de Brasil, Bernie Ecclestone rechazó estas versiones y aseguró su continuidad.
"He estado viniendo aquí durante 40 y pico años, paseando, y nunca, jamás he tenido un problema. Buscan víctimas, buscan gente que es un poco más lenta y simple, pero a los que parecen un poco fuertes, nunca van tras ellos", explicaba el magnate de la F1.
Y en cuanto al futuro del GP de Brasil aseveró: "En cuanto a la carrera, estoy contento. Seguiremos aquí otros cien años".
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